Un sacerdote joven de Costa Rica se resintió con Dios porque le puso una dura prueba en su vida. El siervo del señor es Juan Manuel Arias de 27 años y es el sacerdote más joven de este país de Centroamérica.
Urias contó al medio de La Teja que su hermano le contó que estaba esperando a su primera hija y que se iba a convertir en tío, pero al nacer se enteraron que la niña estaba padeciendo una extraña enfermedad.
El sacerdote recibió una llamada un 17 de diciembre en la que recibía la mala noticia que su sobrina había fallecido.
“Yo decía: ‘Señor, perdón, pero ahorita no lo quiero ver’. Espiritualmente, fue un choque y decía: ‘pucha, es que nada le costaba’”, admitió.
Tras el funeral, siguió con un nudo en el corazón, pero poco a poco, y de la mano de Dios y de su comunidad, logró seguir adelante. Eso sí, nos dejó claro que, si bien fue un momento muy difícil espiritualmente en su vida, nunca dejó de creer en Dios.